Con motivo de la Jornada Mundial para el Trabajo Decente que se celebra el día 7 de octubre, varias organizaciones de la Diócesis de Zaragoza lanzan una invitación a defender el trabajo decente.
Las entidades Diocesanas de Cáritas, Centro Pignatelli, Comunidades de Vida Cristianas (CVX), Delegación de Pastoral Obrera, Hermandades Obreras de Acción Católicas (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Parroquia de San Mateo (Zaragoza) y Vedrunas Almozara presentaron ayer la iniciativa “IGLESIA POR EL TRABAJO DECENTE” en Zaragoza.
La Iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” se remonta a julio de 2013, cuando las organizaciones internacionales católicas elaboraron una declaración en la que reafirmaban su apoyo a los esfuerzos de la OIT “para incluir el programa de trabajo decente en el marco de desarrollo post‐ 2015”.
Cabe señalar que la promoción del trabajo decente ha sido un objetivo asumido por la Iglesia Católica y se ha incorporado tanto a su magisterio social como a su práctica pastoral y sus esfuerzos por la promoción del desarrollo humano.
El propio papa Francisco se ha dirigido a la OIT para apoyar sus esfuerzos por defender el trabajo decente y combatir el trabajo esclavo y la trata de personas. Con este apoyo, las organizaciones de inspiración católica querían contribuir a los debates promovidos por la ONU de cara a la agenda de desarrollo post‐ 2015 y defender el trabajo decente como una de las prioridades que debe asumir toda la comunidad internacional.
En España Cáritas, Justicia y Paz, CONFER y los movimientos especializados de acción Católica, JOC, JEC y la HOAC serán los impulsores de la iniciativa, a la que posteriormente se han ido adhiriendo decenas de entidades de la iglesia española.
Ayer se presentó en Zaragoza esta iniciativa que busca poner en el centro del debate y de la reflexión el tema del trabajo y el empleo.
A las siete de la tarde se celebró un acto en la Casa de la Iglesia a la que asistieron en torno a cien personas y en el que se pudieron escuchar varios testimonios de personas afectadas por unas condiciones laborales o de desempleo que no se adecuan a la reivindicación de un trabajo decente para todos.
Dichos testimonio fueron un reflejo de la realidad que se vive en Aragón. Esa dignidad herida toma rostro en los casi 78.000 parados (datos agosto Servicio Público de empleo), con tasas más altas para las mujeres, los jóvenes y las personas de nacionalidad extranjera, y en los 28.900 hogares con todos sus miembros activos en paro. Una falta de trabajo que se agrava por la escasa cobertura de las prestaciones por desempleo (49,5%), el aumento de la contratación temporal y la jornada a tiempo parcial, especialmente entre las mujeres, y que mayoritariamente es no deseada. A esas condiciones de empleo negativo cabe añadir una realidad salarial preocupante, marcada por la precariedad y la desigualdad, cuyo crecimiento contribuye negativamente a un trabajo decente, como la desigualdad de género, un 25% inferior para las mujeres. Esta situación, unida a unas pensiones en deterioro, explica una tasa de riesgo de pobreza del 23% (Datos EPA, 2º trimestre y Inaem, julio 2016).
Posteriormente Andrés Esteban impartió una ponencia en la que se analizaron las causas y condiciones que generan todas estas situaciones y se evidenciaron algunas de las alternativas que frente a esta vulneración de derechos se están dando en nuestra sociedad.
El acto terminó con una manifestación pública en la Plaza de la seo en la que se proyectó un vídeo realizado por las Hermandades Obreras de Acción Católica y en el que se manifiesta el compromiso de numerosas personas con la reivindicación de un trabajo decente para todos.
Para nuestras entidades, promover y crear un entorno propicio al trabajo decente es esencial para enfrentar los desafíos actuales de creciente injusticia social y desigualdad, reforzando al mismo tiempo la dignidad humana y contribuyendo al bien común.
En este sentido, también se lanzó una invitación para sumarse a esta iniciativa a todas las entidades de inspiración cristiana y trabajar colectivamente para impulsar y defender un trabajo decente para todos.
En efecto, no podemos dejar sin respuesta el sufrimiento humano resultante tanto de estructuras injustas como del egoísmo de las personas que da lugar a formas de trabajo precario o mal remunerado, del tráfico de seres humanos y de trabajo forzado, de variadas formas de desempleo juvenil y de migración forzada.
En España, en Europa y en todo el mundo, el acceso a un trabajo decente debe ser una meta prioritaria de las políticas públicas y de las organizaciones sociales, empresariales y sindicales. Es necesaria la articulación de políticas en España, en la Unión Europea y en el ámbito de Naciones Unidas de cara a la consecución de este objetivo. Es urgente la formulación y puesta en práctica de un nuevo conjunto de objetivos de desarrollo internacionales, junto con unas condiciones de ayuda y unas políticas económicas.